sábado, 14 de noviembre de 2009

Viaje a Riga y Road Trip por Suecia


Por aquí, ya he empezado el nuevo período, el 2º de otoño. Parece mentira que sea otoño, porque está haciendo tiempo invernal de verdad, ya casi no me acuerdo de lo que era el sol y eso empieza a hacer mella...
En Riga, que por cierto pudimos conocer a la familia de nuestro particular compañero letón, Vadim, pudimos experimentar la primera nevada del año. Aunque para la gente de allí, deben de estar más que acostumbrados, porque yo creo que el termómetro no subió de los 2 grados, y la sensación térmica era mucho más ruda por la humedad y el viento. La ciudad muy bonita, con un cierto estilo soviético aún, pero lo que más me gustó personalmente fue conocer a la familia de Vadim, realmente encantadora. Nos agasajó con una comida que pa qué, con caviar y anguilas, ahí es nada!

Sin tiempo para recuperarnos, nos fuimos de Road Trip por los pueblos cercanos de camino a Götebörg. No está nada mal, sobre todo para conocer las cercanías, ya que llevamos 3 meses y lo único que conocemos de Suecia es Estocolmo y Linköping. Fue un viaje largo pero intenso también. Recorrimos cerca de 10 pueblos, cada uno con su encanto particular, unos estilo medieval, como Vadstena, Falkenberg o Varberg, y otros más típicamente de verano, sobre todo los de la costa, aunque también bonitos.
En Götebörg, en el cual sólo estuvimos día y medio, nos dio tiempo a visitar el centro y el puerto, aparte de los restaurantes de la zona. Comimos en un italiano, los cuales hay a patadas, seguidos de cerca por los tailandeses y asiáticos en general. Eso sí, pudimos encontrar también uno español, La sombrita, en el que preparaban raciones de paella, cómo no, aunque era más de copas y tapeo.
¿Cosas que resaltar de Götebörg? Me dio la impresión de que no extraímos todo el jugo en nuestra visita, con lo cual nos quedan más viajes pendientes (quizás con futuros visitantes...), pero en general me recordó más a las grandes ciudades como Londres, París o Madrid, muchas tiendas, restaurantes y edificios de apartamentos. Eso sí, con acento escandinavo.
Después de una semanita bastante movidita, de vuelta a las clases, un poco más melancólica si cabe por el tiempo otoñal, ya de por sí bastante gris, pero encima anocheciendo a las 4 de la tarde... Y lo que te rondaré morena...!
Pero a pesar de eso, tenemos nuestros acicates de erasmus, como una clase de salsa que tuvimos ayer, o las típicas cenas internacionales. Así que, no me puedo quejar!

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